Los ahorros que se van invirtiendo, se depositan en un fondo, llamado fondo de pensiones, ahí se encuentra la unidad de cuenta, que es el dinero invertido que se va depositando en el fondo.
Para todo esto, existe una entidad gestora que se encarga de gestionar el dinero, así como de informar a los partícipes de cómo evolucionan sus inversiones. Para que una entidad gestora pueda ejercer su función, debe tener la autorización de la Administración y debe estar inscrita en la Dirección General de Seguros. Dichas entidades imponen una cantidad mínima que se debe invertir, con esto, se crean cláusulas para que el partícipe se comprometa a desembolsar periódicamente en el plan de pensiones.
Hoy en día, hay mecanismos que se encargan de garantizar la eficacia de la gestión. Así ocurre por ejemplo con la comisión de control formada por los partícipes del fondo, cabe destacar que en el caso de que no se estuviera de acuerdo con la gestión del patrimonio, se podrían tomar acciones legales. Todo lo anterior, conlleva unos gastos como son:
- Comisión de gestión: se realiza para la remuneración de los servicios de la entidad gestora, oscila entre un 1% y un 2%.
- Comisión de depósito: esta comisión va para la entidad depositaria por el mantenimiento de los valores. Oscila entre 0,0% y 0,6%.
- Comisión de traspaso: está prohibido el cobro de comisiones por traspaso, ya que actualmente la ley indica que dicho traspaso se realice sin ningún coste para el partícipe.
No obstante se debe tener en cuenta que existen diferentes tipos de planes de pensiones:
- Renta fija corto plazo: el plazo de vencimiento no es superior a los dos años.
- Renta fija largo plazo: se invierten en valores cuya fecha de vencimiento es superior a los dos años.
- Renta fija mixta: son aquellos que tienen activos de renta variable con un máximo del 30%.
- Renta variable mixta: lo integran activos de renta variable que ocupan entre el 30% y el 75% del patrimonio.
- Renta variable: la cartera está integrada por activos de renta variable con un mínimo del 75%.
- Garantizados: existe una garantía externa de un determinado rendimiento.
El plan de pensiones se podrá rescatar cuando llegue la jubilación del ahorrador que decidió tener dicho plan, es decir, con una jubilación anticipada o cuando este, cumpla los 65 años. Si no se cumplen estos requisitos no se podrá rescatar salvo en casos muy puntuales como son la invalidez absoluta y permanente del partícipe, un paro superior a los 2 años, o con una enfermedad grave.
Cuando se rescatan las inversiones de los planes de inversiones, se puede hacer en forma de capital, de renta, o en una combinación de los dos que se llama forma mixta.
- Rescate en forma de capital: de esta manera se recuperan todos los derechos de un solo pago.
- Rescate en forma de renta: consiste en recuperar los derechos a través de pagos periódicos, mediante la creación de un seguro de rentas. En este caso el impacto fiscal no es tan fuerte como sucede con el rescate en forma de capital.
- Rescate en forma mixta: se produce combinando las anteriores, es decir, rescatando una parte en forma de capital y la otra parte en forma de renta.
En estos últimos años, la rentabilidad de los bonos de pensiones, fue inferior a la inversión en bonos del estado, este resultado, provocado principalmente por las altas comisiones, provoca que muchos de los que se decidieron por acceder al plan de pensiones tengan pérdidas económicas.
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